1 de febrero de 2008

TÁNGER: RELOADED

2 de Agosto de 2007, Algeciras
Diez pares de ojos se reflejan en el fondo de unas pupilas confundidas por la emoción y la inquietud de quien no sabe qué es lo que le deparará un destino desconocido e incierto, Tánger (en Marruecos) puede ser una gran experiencia, pero enfrentarse a uno mismo puede ser difícil, constructivo, pero difícil después de todo. Tan sólo una extravagante complicidad (que irremediablemente se irá tornando amistad), surgida en torno a unas llamadas telefónicas, unas cervezas y un viaje compartido, sirve de viejo callado para quien solo lleva una mochila como hogar. Tanto la trágica brisa marina del estrecho como algunas gotas furtivas, cargadas de historias de vida y muerte, iluminan caras repletas de esperanza que miran hacia un horizonte que parece no ser tal para algunos de sus pobladores…

9 de Agosto de 2007, Zoco Chico (Tánger)
El tiempo ha decidido tomarse un respiro antes de salir al ‘sprint’. Todo parece durar una eternidad, desde la sonrisa de los niños del reformatorio, a veces desafiante, a veces agradecida; pasando por la vitalidad de los peques y las madres solteras de las “Calcutas”, hasta la rudeza de los niños encantados de la Cruz Blanca… La alegría, la tristeza y la crudeza de las postales que no se venden en las tiendas parecen no remitir y van sumándose en un cóctel de sabor incierto. La incertidumbre de sabernos conscientes de la cámara lenta a la que estamos siendo sometidos hace cuestionarnos sobre el resultado de un thriller que nos mantiene ilusionados, pero alerta…

17 de Agosto de 2007, Casa Riera (Tánger)
Cuando parecía que la línea temporal volvía a su trazado original, resulta que la rueda del tiempo a echado a rodar por una ladera de pendiente vertiginosa. Empezamos a ser conscientes (si no lo éramos ya antes) de que nuestra labor es poco menos que anecdótica para quienes están en una situación que nos cuesta bastante comprender. Sólo el trato humano y el calor del contacto parece que dejará algo de poso en quienes han sido abandonados por la sociedad, y es nuestra labor interiorizar cada momento de lo vivido de cara a buscarle el hueco adecuado en la mochila que nos acompaña a todas partes. Lo que vivimos en el reformatorio de Tánger, la Casa Nazaret y en la casa de las Misioneras de la Caridad no puede ni debe quedarse ni allí, ni en nosotros… nos empieza a quedar claro que lo más importante de todo esto no es que estemos en Marruecos, sino que debemos ser transmisores de lo parecidos que somos, de las injusticias que hay en todos lados, de la hipocresía reinante en nuestros lugares de origen… en definitiva, que no debemos conformarnos con la indiferencia ante la situación de una gente que goza de muchas menos posibilidades sólo por haber nacido unos kilómetros más al sur.


El grupo se consolida en base a los distintos estadios que vamos compartiendo a lo largo de la experiencia: alegría, impotencia, rabia y tristeza son claros ejemplos de lo que cada uno de nosotros estamos viviendo. Además del pan y la ducha compartimos emociones que no dejan impasible a un grupo cargado de fuerza y de un ligero aroma místico… Se establecen agridulces sinergias que van, a ratos, mucho más allá de la simple complicidad y que sólo el futuro será capaz de recolocar. Se comienza a forjar un hogar nómada que tiene sus pilares en las personas, en la sinceridad y en una enorme fe de apariencia diversificada cuyo denominador común es el amor.

23 de Agosto de 2007, Puerto de Tánger
El tiempo se vuelve a detener, pero esta vez, sólo por un instante que dura una eternidad. Los ojos reflejan un enorme destello tildado de esperanza. Las mochilas quedan llenas de miles de nombres, sonrisas, abrazos, confesiones y alegrías que avalan una estancia breve pero intensa en lugar tan parecido como diferente, tan lejano y a la vez tan acogedor. Una lágrima furtiva cae por una mejilla como queriendo representar esa cara egoísta que no quiere que acabe este suspiro. Pero debe acabar, de hecho sólo así habrá valido la pena. El olvido no es una opción y escudarse en argumentos banales para no afrontar que esto sólo tiene sentido si nosotros se lo queremos dar, es de cobardes. Y yo no dejo de pensar en que ojala se detuviera el tiempo en este preciso momento en el que tu mirada me demuestra su capacidad de penetrar hasta el fondo de mi alma…

Enero de 2008, En Algún Lugar de Ninguna Parte
Todo parece haber vuelto a la normalidad. Es lo mismo pero nada es igual. Hemos aprendido que cuando dejas parte de tu corazón en manos de otra gente y otra cultura, acabas recibiendo más de lo que nunca habrías imaginado. Luego cada uno ha decidido hacer lo que considera conveniente con su parte del inesperado botín: algunos han decidido enterrarlo para no perder un valioso recuerdo que consultan entre lágrimas solitarias, otros en cambio, han decidido lanzarlo al aire y dejar que el viento lo esparza entre aquellos que aún tienen la valentía suficiente como para mirar ese cielo que se extiende por encima de cualquier raza, idioma o creencia.

Yo, sólo me traigo un diccionario de treinta nombres y cincuenta palabras que me recuerdan a diario que aún me quedan bastantes cosas por aprender, montones de defectos por pulir, infinidad de ojos que mirar, millones de verdades por decir, innumerables secretos que escuchar, cantidad de lágrimas por compartir y muchos miedos que afrontar, hasta que, por fin, ese “yo” se transforme definitivamente en “tú”.

Sukhram Magreb!!

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