21 de febrero de 2010

Desempolvando el templo...

Bueno, pero esto qué es! Basta ya de tanta vagancia! Hace poco alguien me recordaba que llevaba mucho tiempo sin escribir aquí, lo cual en cierta medida parece indicar que llevaba tiempo sin pensar (no como verdad absoluta, sino como falta de espacio para dedicar a un trabajo, éste de la escritura y autoedición, que mucho aporta a la estructura individual del pensamiento). Asi que después de tanto tiempo, me vuelvo a dar una nueva etapa... un desenpolvemos el templo y adecentemoslo para las visitas... un menos pensar para dentro y más pensar para fuera... un reflexionemos por escrito... asi que creo que voy a tener que cambiar el nombre de este rincón a algo así como "Inconsistencias de un ave fénix de la blogosfera reflexiva". Quizá el tema sea que soy demasiado perfeccionista, que me gusta tener los temas amarrados y desarrollarlos más ampliamente, quizá debiera dejar este espacio más para reflexiones y desvarios menos trabajados, temas más a bocajarro aprovechando el anonimato ficticio que te da el mundo cibersocial este en el que me encuentro representado a trazos borrosos como reflejo de mi propia perspectiva...

No sé... la verdad es que le tengo cariño al templo porque me refleja en cierta manera... no soy un ídolo de masas sino más bien un escribeautor de servilletas de papel que se emociona al ver que el marcador (casi seguro por equivocación) ha llegado a los 10 lectores y seguro que después de esta entrada vuelve a bajar... jejeje, siempre hay que hacer un poco de limpieza en los rincones donde más cuesta llegar...

En cierta manera, dada mi escasa participación en el entorno digital participativo, no deja de tener un cierto matiz exhibicionista por lo tanto creo que he de mantener la motivación inicial y que no es otra que el obligarme a pensar y a escribir, a fijarme en temas, desde los más mundanos hasta los más elevados, explorar los límites de mi raciocinio... y no pasar por esta vida a ratos absurda como un vegetal que ni siente ni padece en búsqueda de un colocón de fotosíntesis que le dé fuerzas para seguir adelante...

Me podría poner mil excusas: ha sido un año movido, me he centrado más en la comunicación personal, he pasado por varios traslados... pero no, creo que ha sido vagancia pura y dura de pensar en que tenía algo más que hacer, como si se tratase de unos deberes, de una responsabilidad más... asi que habrá que hacer trabajo de autocrítica y comprobar qué es lo que me motiva a escribir, a veces pensando, otras dejando que fluya el discurso como en el caso de este post... conciliar el espíritu matemático de la exactitud y del rigor con la norma poética de la estética y la expresividad...

Podría decir muchas cosas pero creo que esto tiene parte de autoconocimiento, de trabajo personal de búsqueda de los espacios en los que uno se puede expresar desarrollando todas sus vertientes y esperamos (tanto yo como todas mis facetas) que haya suficientes puertas y plantas en este templo como para dar albergue a todas ellas siempre que el caprichoso portero de la inspiración nos de paso a explorar este laberinto de historias fascinantes y realidades alternativas que es el mundo que nos ha tocado vivir.

Cómo puedo resumir todo este tiempo pasado en un suspiro y de una densidad vivencial proporcional a la calidad de las personas que lo han poblado? Ciertamente, no puedo. Asi que voy a tener que dejar este espacio como hueco que represente aquello que todos alguna vez hemos vivido y a lo que solo somos capaces de poner sensaciones e imágenes...

Y como no queda bien dejar espacios (que mal! primer post de la vuelta a la escritura y ya me guío por parámetros de lo que queda bien o deja de quedar :-p) y me he dado cuenta que tengo un cierto deje al tema del caminar y los caminantes, pues una cita que va en esa línea, pero dándole otro matiz...

(Cita sacada de una canción de Extremoduro que hace referencia a otro libro...)

*Para algunos vivir es galopar
un camino empedrado de horas,
minutos y segundos.
Yo más humilde soy
y sólo quiero que la ola que surge
del último suspiro de un segundo,
me transporte mecido hasta el siguiente.*

* Extraido del libro de poemas
"La mala gana" de Santos Isidro Seseña.

Pues bueno, supongo que esto no es más que parte del ejercicio que supone irse a vivir fuera (sí, esta vez parece que ya puedo decir vivir, aunque como poco sean unos meses, porque va a ser para largo según apuntan los primeros indicios), ese ejercicio de ir estableciendo las bases de lo que te gustaría que encauzase esa nueva etapa, o fase, o como se quiera llamar, de la experiencia personal... es un "esto tendría que estar", como en mi caso lo pretende ser la fotografía aunque aún tenga que hacerme al medio... supongo que... miento, no supongo. Sé que no desarrollaré este espacio con una frecuencia descomunal pero sí que pretendo que siga, al menos, una línea parecida a lo que siempre ha sido... un totum revolutum de aqui y de allá...

Y bueno... que menos que un botón, no?

A veces me sorprendo,
recreandome en mis propios clichés,
tropezando en mis propias piedras
ahogándome en mis propias lágrimas.

A veces me sorprendo,
cuando las mariposas crean tormentas,
cuando las personas regalan un pedazo de humanidad
o cuando las mentes se abren más allá de los límites y esquemas.

Asi que, no pares,
de hablar en los momentos en los que yo igual no contesto,
no hables,
en los momentos en los que sólo espero que me susurres a los ojos,
no susurres,
siempre que lo que sientas te remueva el interior a gritos,
no grites,
cuando sean las miradas el único camino,
y no camines,
sin dejar espacios para disfrutar antes del destino.

Porque sólo cuando comunicamos,
abrimos los espacios
que en el fondo albergan
la semilla de la sorpresa.

A veces me sorprendo,
porque en el fondo me sorprendéis vosotros.

(Siento la ausencia de rima!)

;-)


Foto:
"Going down", .SantiMB. @ Flickr